Un día como cualquier otro, Nacho Serapio se encuentra en el Dojo de Sensei Marín grabando un vídeo para su canal de Youtube «El Guerrero Interior». Pero dos mensajes de Iris, la hija de Marín, lo cambian todo: su ubicación en tiempo real, y un mensaje que dice «socorro papá, me han secuestrado». Sin pensárselo dos veces, Marín coge una katana del gimnasio y corre hacia el coche, Nacho, el camarógrafo y su sobrino (un joven bastante especial), le siguen sin dejar de grabar. Nacho y Marín conducen a toda velocidad hacia el lugar, no puede perderla. Mientras tanto, contactan a la policía para informarles de lo que está pasando. Saben que tienen que esperar a la policía, pero también saben que, en un secuestro, las primeras horas son cruciales, tienen la ubicación, pero no saben quiénes son, adónde van ni cómo, cuánta batería le queda a Iris… Por otro lado, los secuestradores no saben lo peligrosos que pueden ser Marín y Nacho con una katana en la mano.
Fuente: madridcultura.es