Recorriendo de norte a sur las comunidades rurales de Tailandia, un equipo de rodaje va entrevistando a su paso a una serie de personas y las invita a ponerse delante de la cámara. Utilizando el juego del “cadáver exquisito», cada personaje inventa sucesivamente las peripecias de un relato insólito: el de un niño paralítico con superpoderes y su profesora. Una fábula onírica en blanco y negro, un objeto fílmico misterioso, entre la ficción y el documental.
Fuente: madridcultura.es