Santuario de San Andrés de Teixido - Lugares de Interés en Cedeira

Ubicado en el municipio de Cedeira, en plena Sierra de A Capelada, se alza sobre los acantilados del mar San Andrés de Teixido, sin duda, un lugar cargado de magia y lleno de misterio, donde las leyendas permanecen vivas a lo largo de los años.

Situada en un magnífico enclave natural que acompaña de forma sublime el halo mágico que envuelve esta localidad, San Andrés de Teixido es uno de los lugares más visitados tanto por gallegos como por turistas que se ven atraídos por las historias y leyendas que nos acercan a los aromas del pasado medieval.

A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo San Andrés de Teixido es lugar de peregrinación y tiene en el Santuario de San Andrés uno de los principales templos de culto de toda Galicia,.

Según cuenta la leyenda, cuando San Andrés llegaba a los acantilados de Teixido, su barca naufragó y se convirtió en un peñasco. Éste tomó forma de barca invertida, y desde entonces se le conoce como A Barca de San Andrés. Para compensarle por la tragedia sufrida, Dios le prometió un santuario, lugar al que tendrían que ir todos los cristianos en romería para poder entrar en el cielo.

Aunque el santuario cristiano date de la Edad Media, el lugar de culto es mucho más antiguo, remontándose con toda probabilidad a los albores de la humanidad, lugar sagrado de cultos relacionado con la filosofía de los druídas y el otro mundo Celta.

Sea cual sea el origen del Santuario, San Andrés de Teixido se ha convertido en un importante punto de peregrinación que data del siglo XII, y que se convierte en una especial visita mezcla de culto y tradición, acompañada de las impactantes imágenes del bello paisaje. Los celtas creían que venían del Otro mundo, un lugar más allá de las aguas y que al morir volverían a él.

La tradición cuenta que muchas almas en pena viajan por Galicia formando parte de la Santa Compaña y que vienen a Teixido a encontrar as portas do alén, la puerta que nos conduce al más allá, atravesando las bravas aguas que se pelean contra las rocas de los acantilados, la puerta que separa la vida de la otra vida. Otra leyenda cuenta que el Santuario fue creado por el Todopoderoso para compensar la tristeza que sentía San Andrés al ver que todos los peregrinos dirigían sus pasos hacia Santiago.

Las rías gallegas son las marcas que dejó la mano de Dios cuando, después de crear el mundo, se apoyó sobre la tierra para descansar. Una huella inmortal que peina la costa gallega. Realizar el camino hasta San Andrés de Teixido es algo más que una peregrinación realizada tanto por creyentes como por paganos, pues todos se dejan seducir por el encanto especial que trae el sonido del viento y el mar.

Cuando visitas esta tierra, tienes que poner especial cuidado en los seres vivos que encuentres a tu paso, pues según la tradición, quien no visitó San Andrés de Teixido en vida, lo hará después de su muerte convertido en alma en pena o en una pequeña alimaña. De camino a San Andrés, en la Costa Grande, Costa Pequena o en la Costa de Teixedelo nos encontramos con Milladoiros. Son montones de piedras que los peregrinos fueron y siguen dejando y cuya tradición se remonta posiblemente a la época del Neolítico. En Teixido los sueños y deseos cobran una importancia especial, ya que parece que aquí, todo es posible. Es un lugar para redimirse de los pecados, para encontrar el buen camino, para pedir deseos y para enamorarse.

Cerca del Santuario y muy próxima al mar, se encuentra la conocida como a Herba de namorar. Dice la leyenda que consiguiendo una de ellas y guardándola en el bolsillo de la persona que quieres sin que ella se dé cuenta, consigues que se enamore de tí. Mas debemos tener cuidado de no arrancarla ya que a Herba de namorar o Armeria Pubigera, siendo una planta dura y resistente se encuentra en peligro. San Andrés de Teixido es cultura popular, tradiciones, el arraigo de los mitos ancestrales, el encanto del misterio, de la fe, de las posibilidades.

A pocos metros de la capilla, se encuentra la Fonte do Santo, una fuente milagrosa que nace bajo el Altar Mayor de la Iglesia y de la que manan tres chorros de agua fresca. Si echamos una miga de pan y ésta flota, San Andrés concederá todo aquello se le pida, si por el contrario, la miga de pan se hunde, las súplicas no serán atendidas.