Consejos para que los gastos no se disparen por la inflación sin dejar de vivir

 

Inflación. La palabra maldita del año. En junio los precios batieron su propia marca al sobrepasar el 10% (en concreto 10,2%), haciéndonos todavía más pobres y dejando a la vista que las medidas del Gobierno no han servido para nada.

Lo vemos cada día al hacer la compra, al repostar o al contratar cualquier mínima cosa. Todo es mucho más caro que hace un año (las sandías tienen un tema) y eso nos limita mucho a la hora de hacer nuestra vida. O no.

A grandes males, grandes remedios, y la situación actual nos exige un poco más de argucia, planificación y picardía para seguir teniendo la misma vida que antes de la era inflacionista sin entrar en números rojos.

Vamos a ver cómo podemos seguir con nuestra vida a pesar del alza de precios.

Consejos para vivir como si no hubiera inflación (o al menos intentarlo)

No podemos controlar la inflación, pero podemos controlar lo que hacemos para que no nos afecte. Y aunque lo veamos todo muy negro y no sepamos cómo actuar, hay formas de seguir con una vida normal a pesar de los precios.

¿Qué es lo que más le está pesando ahora mismo en su presupuesto? Es ahí donde tiene que empezar a cambiar de hábitos.

Por ejemplo, a la mayoría de los españoles lo que más está lastrando son los suministros, en concreto la gasolina, ya que parece que la luz comienza a bajar (aunque tampoco está la cosa para tirar cohetes).

En el caso del repostaje, va a tener que empezar a cambiar de hábitos y volverse menos dependiente del coche. Ahora que se va a bonificar el transporte público, es buen momento para empezar a utilizarlo más. Al final, un abono mensual sale mucho más económico que ir en coche todos los días al trabajo.

Y si no tiene opción de dejarlo aparcado en casa, sea ingenioso. Es decir, el carsharing nació para algo. Busque a ver si hay más personas que hagan su misma ruta diaria y únase a ellas para compartir vehículo y gastos. Hay muchas apps que sirven para ello.

La más conocida es BlablaCar, aunque en este caso sale más interesante para viajes de media distancia. Por ello, es una opción muy a tener en cuenta para las vacaciones y viajes de este verano. O si eres una persona que cada semana tiene que hacer varios viajes por trabajo o lo que sea. Compartir gastos de carburante te puede suponer un buen ahorro a final de mes.

Otro aspecto importante son la luz y gas. Ahora con toda esta situación las compañías están sacando muchas ofertas y tarifas planas o especiales para disminuir la factura. Por lo que es buen momento para cambiar de compañía y revisar estos gastos que por dejadez y pereza no se hacen muchas veces.

En cuanto al gasto en alimentación, para poder asumirlo va a tocar mirar bien las ofertas y supermercados más baratos. Hacer lista de la compra y hacer una compra mensual o semanal grande. Si picotea varios días a la semana en el super va a gastar más. Las grandes superficies se están poniendo muy caras, así que también es buen momento de visitar las tiendas de barrio porque ahora tienen precios bastante económicos. Y comprar a granel también puede ser muy buena opción.

Si quieres, además, mejorar tu alimentación y ahorrar, ultraprocesados, bollería y demás puedes dejarlos fuera de tu lista, al final te suman euros innecesarios a la cuenta final.

En cuanto a ropa y calzado, estamos en época de rebajas: aprovecha. Se prevé muy buena campaña este verano precisamente porque mucha gente ha esperado para comprar por el alza de precios, así que no seas menos y compra ahora ropa para el próximo invierno (jerseys y pantalones ahora a muy buen precio, igual que el calzado).

En cuanto a la parte de ocio y vacaciones, igualmente aprovecha las ofertas. Las páginas de cupones y experiencias están siendo muy socorridas en estos momentos, y muchos hoteles están poniendo descuentos vista la situación que puede impedir a muchos salir de vacaciones. Busca y encontrarás.

E intenta compartir el ocio con familia y amigos para que así te salga más barato. Cuantos más seáis, menos pagaréis. Organizad los planes con antelación y planeadlo todo bien para que podáis ahorrar en gastos de última hora. Y también organizad el desplazamiento, pensad siempre en clave gasolina.

Y, por último, si eres una persona caprichosa, quizá es buen momento de dejar de serlo. No está la situación para hacer gastos absurdos por impulso, conviene guardar por si la situación se pone peor y para los gastos importantes. Derrochar es incompatible con una inflación tan alta.

Fuente: El Blog Salmón

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