La muestra, que podrá visitarse hasta el 9 de abril, establece un diálogo entre dos épocas, dos estilos y dos mundos -el humano y el vegetal- a través de 140 fotografías de mujeres y hombres transexuales y 30 bodegones florales barrocos
Reivindicar y homenajear a las personas trans, especialmente a las mayores, por su incansable lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ, es el objetivo de la exposición Unos cuerpos son como flores. Naturalezas trans, que ha abierto sus puertas este jueves en el Espacio Santa Clara, perteneciente al Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), una inauguración a la que ha asistido la delegada de Igualdad y Recursos Humanos, Clara Macías. Así, hasta el 9 de abril la muestra pone rostro a estas pioneras a través de 140 retratos fotográficos de mujeres y hombres transexuales de este siglo y una treintena de bodegones florales, algunos de ellos barrocos de los siglos XVII y XVIII, estableciendo un diálogo entre estas personas y las flores, la fotografía y la pintura, el presente (fotográfico) y el pasado (pictórico), y lo humano y lo floral.
De esta forma, con un título extraído de un verso de Luis Cernuda (“Unos cuerpos son como flores…”) y comisariada por Pablo Peinado Céspedes, la exposición propone un encuentro entre dos épocas, dos lenguajes, dos estilos y dos mundos: el humano y el vegetal, para que se complementen y se enriquezcan mutuamente; unas flores que se ofrecen como regalo a un colectivo que sufrió la represión y la violencia de la dictadura franquista, así como la incomprensión y el rechazo durante gran parte de la etapa democrática.
La faceta laboral, la festiva, la erótica o la reivindicativa quedan recogidas en esta colección de fotografías realizadas por 40 artistas, la mayoría fotógrafos/as, entre los que encontramos nombres como los de Nuria López Torres, Valle Galera de Ulierte, Carlos Escolástico, Pablo Pérez-Mínguez, Miguel Trillo, Juan Antino, Víctor Gracia, Rubén García Felices, Rinaldo Hopf, Ocaña, Adeline Jiménez o Risk Hazekamp.
El primer retrato de una persona trans
Unos cuerpos son como flores. Naturalezas trans exhibe una obra poco vista, se trata de una copia del primer retrato de una persona trans, concretamente un hombre trans, dela que se tiene constancia histórica. Se trata de una obra de Juan van der Hamen y León que, en torno al año 1625 pintó a Catalina de Erauso, también llamada la Monja Alférez, una obra perteneciente a la Kutxa Fundazioa Bilduma. No obstante, como hombre trans que era, prefería que le llamaran Antonio de Erauso, que fue uno de los nombres masculinos que utilizó a lo largo de su vida.
Cinco grandes protagonistas
La exposición ha querido encarnar este homenaje en cinco mujeres trans: la onubense Manuela Saborido Muñoz (Manolita Chen), la madrileña Nacha María Sánchez y las sevillanas Blanca Mateos, Candela García López y Deborah Santa Cruz, todas ellas retratadas por Víctor Gracia. Son mujeres trans que, por no renunciar a ser ellas mismas, fueron víctimas de la transfobia que propició la dictadura, padeciendo también el rechazo de gays y lesbianas, que las discriminaban porque creían que “ensuciaban” a un colectivo que quería dar una imagen de normalidad y en cuyo estereotipo no encajaban.
De esta manera, Unos cuerpos son como flores. Naturalezas trans se plantea como un espacio de visibilidad, un espacio acogedor para las personas trans, un espejo en el que las personas trans vayan a reflejarse y donde las personas cis puedan aprender y entender a partir de las imágenes y los textos que las acompañan, así como del catálogo que surge de esta exposición y que cuenta con textos del curador, pero también de Juan-Ramón Barbancho, Raúl Solís y Mar Cambrollé.
Obras y series destacadas
Entre las piezas que recoge la muestra destacan la serie realizada por Víctor Gracia, Ser tú misma era un delito, una colección con retratos de Manuela Saborido (Manolita Chen), Nacha María Sánchez, Blanca Mateos, Candela García y Deborah Santa Cruz que son la imagen a esta exposición.
Sobresalen también las fotografías de José Pérez Ocaña, más conocido como Ocaña, el artista sevillano que, junto a Nazario, revolucionó la cultura catalana durante los años 70 y primeros80 con sus provocadoras performances; la selección de imágenes de Carlos Escolástico tomadas en diferentes manifestaciones del Orgullo, que reflejan el lado más divertido y provocador del colectivo trans; la fotografía de Matías Uris que muestra a Cristina Ortiz (La Veneno) comiendo pollo, perteneciente a la serie de retratos que le realizó el fotógrafo unos meses antes de su fallecimiento o el retrato de Christine Jorgens en realizado en los años 50 en el estudio cubano Narcy Studios. Jorgens en fue el primer referente positivo que tuvo el mundo trans en los años 50; una mujer inteligente, atractiva y elegante, con un discurso elaborado y muy lúcido para la época.