ANTONIO FERNÁNDEZ ALVIRA «MEMORIA DE FORMA»

La “ausencia de memoria de forma” remite a ciertos elementos, como los fluidos, que necesitan de un contenedor físico que los albergue para poder ser almacenados. Es decir, los fluidos toman la forma del recipiente que los contiene, sin que existan fuerzas de recuperación elástica como en los sólidos. Debido a su separación molecular, los fluidos no poseen una forma definida, y se deforman continuamente (fluyen) bajo la aplicación de una tensión tangencial, por muy pequeña que sea.

La idea de este proyecto radica en la creación de un laboratorio a partir de ese concepto de la ausencia de memoria de la forma y del fluir, que busca poner en práctica la exploración y narrativa cuerpo-estructura-recipiente y fluido-contenido.

El conjunto de trabajos parte de los recipientes que tradicionalmente han servido para albergar y transportar fluidos, como ánforas, vasijas, jarrones, jarras, vasos, cuencos, etc. Para ello se han estudiado sus formas y materiales mediante ejercicios de descomposición y fragmentación, trabajando con dichos recipientes en su elaboración en fresco junto a un alfarero. Este alfarero es el último de una larga saga de alfareros de un pequeño pueblo de la provincia de Huesca, de la comarca de donde proviene la familia del artista, Antonio Fernández Alvira: “he pretendido también trabajar con el entorno de donde provengo, y que a mí me ha ido construyendo y dado mi forma”.

La finalidad ha sido experimentar con estas formas sobre el propio cuerpo, trabajando con su acumulación y modelado, buscando por medio de diversas acciones (como por ejemplo el ejercer diversos tipos de tensión sobre estos), generar un nuevo corpus, recipiente de recipientes. Por medio de estos procesos se pretende explorar con la creación de diversas piezas recipiente que, unidas a las estructuras arquitectónicas que las sustentan y albergan, entren en diálogo con el lugar.

Dicho laboratorio se piensa también como permeable a las acciones que la climatología pueda realizar sobre él, por ejemplo, a través de las posibles lluvias, haciendo que el agua que caiga, discurra por estas piezas adoptando estas formas e incluso quedando almacenada en ellas, o a través del viento, el cual puede llegar a realizar algún tipo de sonoridad al discurrir por las piezas. De forma simultánea, esta huella del tiempo y la acción que la climatología realice sobre estas, se irá sumando a las capas de lectura de las piezas, añadiéndose la oxidación, el cambio de color de algunas piezas de barro, la aparición de salitre, verdillo, etc.

Sobre Antonio Fernández Alvira

(Huesca, 1977). Licenciado en Bellas Artes por la UPV/EHU. Su obra se ha podido ver individualmente en diversos museos e instituciones, como el Azkuna Zentroa (Bilbao), el Centro Párraga (Murcia) o el Museo Provincial de Huesca. Ha obtenido diversos premios y becas, como el Premio Abierto Valencia Colección DKV 2021, y actualmente es representado por la galería House of Chappaz (Valencia). Ha participado en ferias como ARCO y en proyectos como #metroymedio o Dialecto, ambas del CA2M (Madrid), Aragon Park (Madrid) o la Nuit Blanche de Mayenne (Francia).

Del 28 de enero al 21 de mayo de 2023

  • Lunes a sábados de 10.00 a 21.00h.
  • Domingos y festivos de 10.00 a 14.00h.

Fuente: madridcultura.es

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