Cultivar Lúpulo, un deporte extremo por Albert Vilardell

Albert Vilardell es la cabeza visible de Biolupulus, un proyecto de cultivo de lúpulo orgánico con certificación ecológica basado en Cataluña y Castilla y León. Son un grupo de productores unidos con el objetivo de ofrecer un lúpulo de máxima calidad a los cerveceros de cualquier rincón del mundo. Cada productor está especializado en una única variedad que es elegida en función de las condiciones de la finca, lo que permite ofertar una amplia variedad.

En esta pequeña columna de oponión, Vilardell pone en contexto la situación actual para los cultivadores del lúpulo, un segmento sensible a la situación climática que estamos viviendo en los últimos meses.

Cultivar las plantas lúpulo se ha convertido en un “deporte extremo”. Los fenómenos climáticos adversos y extremos están afectando las producciones a nivel mundial. Este año, en Biolupulus hemos tenido que lidiar temperaturas jamás registradas  y dos episodios de piedra que destruyeron por completo dos campos de lúpulo con la pérdida equivalente de más de 2 toneladas de producción.

Aún así, las plantas aguantaron las temperaturas extremas, evitamos su precoz entrada en floración y terminaron produciendo lo esperado tras coronar la altura máxima del emparrado, a pesar de temperaturas récord y la falta de precipitaciones.

Con los embalses vacíos y los pozos flaqueando, la perspectiva del cultivo se ve comprometida por la pluviosidad en nuestro territorio. Por nuestra parte, la fitotecnia que desarrollamos en Biolupulus forma parte de la solución a la problemática del cambio climático. Producimos lúpulo para que podáis disfrutarlo. Somos conscientes que no es suficiente, pero de a poco, si entre todas conseguimos acuñar en la solución, estamos convencidas que podremos disfrutar de cervezas artesanas en días de otoño, invierno, primavera y verano como los de antes. ¿Os animáis?