EL ALCALDE DE MAJADAHONDA CONTINUA IMPIDIENDO INTERVENIR A LOS VECINOS Y VECINAS AL FINAL DE LOS PLENOS – AVMajadahonda

Una vez más en esta legislatura sin precedentes, el alcalde de Majadahonda, José Luis Alvarez Ustarroz, ha impedido de nuevo que los vecinos y vecinas pudieran intervenir al finalizar el Pleno Municipal, tal y como se ha venido haciendo hasta ahora en etapas  anteriores.

En efecto, la coalición de gobierno PP-VOX exige que aquellos vecinos y vecinas que quieran formular alguna pregunta, cumplimenten un documento en el momento del acceso al Salón del Plenos, en el que deben dejar por escrito el texto de su pregunta (en un reducido espacio que impide contextualizarla), y entregarlo al agente de la Policía Municipal que custodia la entrada.

Al finalizar el Pleno, el alcalde lee las preguntas que le han sido facilitadas sin que permita intervenir a los autores de las mismas para matizarlas o complementarlas, teniendo en cuenta que, en el transcurso del Pleno, varias horas después de haberlas escrito, es normal que el debate político desarrollado las haya desnaturalizado.

En legislaturas pasadas, no solo no se exigía formular las preguntas por escrito con anterioridad, sino que se permitía intervenir con libertad a todos los vecinos y vecinas que quisieran intervenir, con el único condicionante de que no se emitieran por internet porque ya no formaban parte del Pleno y por protección de datos personales.

En el Pleno del día 30 de junio, el presidente de la AVM quiso preguntar por las razones por las que había cambiado de opinión el PP al comprar el edificio de la Seguridad Social por 8 millones de euros (más lo que cueste su reforma) para ubicar allí la segunda biblioteca, cuando hace años se iniciaron los trámites para la reversión gratuita de la parcela situada junto al centro de salud Valle de la Oliva para los mismos fines, lugar que tenía mucho más sentido ya que daría servicio a los desarrollos urbanísticos del otro lado de la M503, teniendo en cuenta además que la moderna y céntrica biblioteca Francisco Umbral costó 5 millones de euros.

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