Eso que sientes es La Rioja

La Rioja es una tierra con nombre de vino. En mi última visita me he dado cuenta de que también es un territorio del que vale la pena saborear la gastronomía, la naturaleza, el deporte y, sobretodo, la hospitalidad. Estos días he estado en una tierra que me ha sorprendido por su cultura y su carácter innovador y abierto. Un lugar donde la creatividad fluye mejor, quizá gracias a estar lejos del estrés de la gran ciudad. Si tenéis un ratito os cuento todo lo que me ha enamorado de La Rioja.

El año 2023, La Rioja será sede de la VII Conferencia Mundial sobre Enoturismo. Y se lo ha ganado por ser una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas del mundo, un referente mundial por sus condiciones climatológicas óptimas (amparada del frío por la majestuosa Sierra de Cantabria y aderezada por el susurro mediterráneo del Ebro) para producir uno de los grandes vinos del mundo.

La Rioja es historia viva del vino, un lugar mágico que huele a vid, a roble y a taninos, donde familias enteras, pueblos enteros, enroscan sus raíces de generación en generación, dedicándose a vivir de y por el vino. Te recomiendo reservar una cata o maridaje, una visita guiada a una de sus bodegas, una excursión a caballo entre viñedos… Hay muchas opciones para detenerse a escuchar la historia de cada trozo de tierra y darse cuenta de la riqueza que atesora cada rincón.

Otra cosa que hay que descubrir de La Rioja son sus monumentos históricos y sus Monasterios, como el de Santa María la Real en Nájera, cuna y panteón del reino de Nájera-Pamplona, el Monasterio de Valvanera, donde se cobija la imagen de la patrona de la región en un entorno de montaña. O los Monasterios de Yuso y Suso, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.

Y luego están los Castillos. Esos gigantes de piedra que emergen en medio del paisaje para ofrecerte vistas inolvidables desde sus miradores. Clavijo, Briones, San Vicente de la Sonsierra, Sajazarra, Davalillo, Agoncillo, Arnedo, Cornago, Inestrilllas… te dejo la lista para que elijas porque a mí me es imposible decidirme por uno.

Y aquí llega la sorpresa, porque La Rioja, además de cultura y tradición vinícola, también es referente en espectáculos, salas de arte, museos y festivales internacionales (ACTUAL, MUWI, Fárdelej, Concéntrico, Lovisual, Sculto, Octubre Corto, Arte en La Calle Camprovinarte, Nace o La Rioja de Cine). Así que dile a tu amigo el moderno que se ha quedado sin excusas para apuntarse al plan de La Rioja.

Sabemos que en el norte en general se come bien. Pero es que en La Rioja conviven a las mil maravillas la cocina tradicional y la cocina con estrella. ¿El secreto? El producto de proximidad de una tierra de generosa despensa, gracias a su privilegiado paisaje de sierras y valles.

¿Sabías que es la región de España con más estrellas Michelin por habitante? Atesora seis estrellas en cinco restaurantes de cocina de altura: El Portal de Echaurren, con dos estrellas, y los restaurantes Venta Moncalvillo, Ikaro, Kiro Sushi y Nublo con una estrella Michelin cada uno. Todos ellos comparten soles Repsol con La Cocina de Ramón, La Vieja de Bodega, Casa Masip, Alameda, La Galería, Echaurren tradición y Juan Carlos Ferrando.

Los menciono porque está bien reconocer el mérito a quien se lo ha ganado, pero la verdad es que yo, que soy más de tapeo que uno de Cádiz, os diré que en pocos sitios he disfrutado (y maridado) como en los bares de pinchos y gastrobares de La Rioja.

El 90 % de la superficie de La Rioja es rural y la mayoría de sus municipios tienen una población inferior a 5.000 habitantes. Lo que más me ha fascinado de su paisaje es la convivencia de sierras y valles; dos ecosistemas que contrastan y aportan esa belleza tan brutal de montañas de más de 2.000 metros y a sus pies, valles eternos y ordenados donde viven los cultivos.

Por algo La Rioja acoge la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama, y cuenta con otros seis espacios naturales integrados en la Red Natura 2000. No encontrarás un lugar más idóneo para disfrutar de excursiones a pie o en bicicleta. Ojo que si le coges gusto al paseo igual acabas en Santiago.

En definitiva, un redescubrimiento; porque una cosa es haber estado en un lugar y otra es conocerlo a fondo e ir comprobando que la magia sigue brotando a cada nueva visita que haces. La Rioja es un estado de ánimo, un sentir, un saber hacer, un saber apreciar la grandeza de las pequeñas cosas, que se transmite de generación en generación, y se contagia a los visitantes que humildemente nos acercamos para saborear sus historias.

Sí, eso que sientes es La Rioja. Un territorio con piel antigua y alma joven.


Fuente: Houdinis

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