Exposición 'Postcards From Nowhere' de Álvaro P-FF en La Fiambrera - Exposiciones en Madrid Capital

La Fiambrera Art Gallery presenta una nueva entrega de Álvaro P-FF, su sexta exposición individual en la galería, en la que hace un repaso sentimental por sus cuadernos de viaje para traernos un buen puñado de coloridas instantáneas de algunos de los muchos lugares que ha visitado en los cinco continentes y lo que en ellos le ha acontecido.
Ha reunido una treintena de serigrafías en las que mezcla, con su personal estilo, todos sus temas habituales: la música, el skate y los viajes. Son sus grandes pasiones y ninguna de sus exposiciones ha sido ajena a ellas. Si bien en unas muestras han cobrado mayor protagonismo unos aspectos sobre otros, en esta toma el viaje no tanto como turismo, que también (no en vano ha viajado literalmente por medio mundo), sino como movimiento, como acción, como actitud, como camino, como vía de conocimiento cultural y personal, como búsqueda e intercambio.

No es una exposición sobre viajes, es un álbum personalísimo de lo que el artista se trae en la mochila cuando vuelve a casa. Esta sexta exhibición podría ser en realidad parte de una exposición mayor que es el conjunto de todas ellas, pues la obra artística de Álvaro es un work in progress para el que sigue recopilando vivencias y añadiendo postales que de vez en cuando nos “envía”, como estas Postcards From Nowhere.

“Álvaro, eres un culo de mal asiento, un rabo de lagartija”, decía su abuela cuando siendo pequeño no había quien lo tuviera quieto. Y desde entonces no ha parado. Sea lo que sea que le depare el futuro, no le va a pillar sentado esperando. Álvaro no es un viajero, Álvaro viaja, se pone en marcha a ver dónde le llevan sus pasos. Sus aventuras pueden desarrollarse en la acera de su casa, en la selva de Paraguay, haciendo el Camino de Santiago en una bicicleta BH de niño, en un 4X4 en Namibia, nadando entre tiburones en Belice o disfrutando allí donde esté de cualquier puesto de comida en la calle, eso sí, sea donde sea, siempre lo hará con música en sus orejas.

Consciente como el que más de nuestra fugacidad terrenal, vuelve a recordarnos una y otra vez que la vida hay que vivirla y que el mundo hay que explorarlo. Ya nos lo recordó en Memento Mori y sigue animándonos a soltar el mando de la tele y la manta, para ponernos a caminar.

Si cada una de las postales que nos envía desde ningún sitio y desde todos al mismo tiempo, pudieran hablar, nos contarían a qué sonaban esos sitios, a qué olían, a qué sabían, a quién conoció allí y qué aventuras tuvieron lugar, pero como no pueden hablar, tendremos que hacer volar la imaginación dejándonos llevar por la evocación de estos paisajes típicamente “alvarianos”.