Jordania, reino del tiempo – Houdinis

Un desfiladero, ahí es donde acaban todas las épocas. O eso dicen cuando aterrizas en Ammán, la capital de Jordania. El aire aquí trae el aroma de las especias de antiguas caravanas y el falafel recién hecho. Estás en alguna época muy lejana a 2022, no sabes cuál, pero esta ciudad tampoco te lo pone fácil a la hora de averiguarlo. La puerta de entrada a Jordania alberga un gran teatro romano, una Ciudadela por la que pasaron los hombres del Neolítico y los omeyas, o castillos como Qusair Amra, designado Patrimonio de la Humanidad. Para colmo, ese curioso barrio hipster llamado Jabal Ammán te confunde aún más. Jordania, ¿cuál es tu plan? La respuesta la sigue teniendo el viento mágico. 

Umm Qais-Religious Trail

Quizás el tiempo esté hecho de mosaicos, los de la ciudad de Madaba, cuna de los más de dos millones de azulejos conforman el mapa más antiguo de Jerusalén y Tierra Santa que se conservan. O Jerash, la Pompeya de Asia, una de las ciudades romanas más importantes del antiguo Oriente, con sus teatros, arcos y plazas. El Monte Nebo, donde en algún momento Moisés vendrá para anunciarnos que la Tierra Prometida está cerca; y Betania, lugar de bautismo de Jesucristo.

Desierto Jordania

Jordania es un reino del tiempo, pero también un escenario donde se dan cita algunos de los escenarios naturales más fascinantes. Ahí tenemos el Mar Muerto, tan hinchado de sodio, tan huérfano, que se evapora solo en el cielo. Te encuentras flotando, pero ya no sabes si el motivo es el agua o tantas épocas diferentes. Disfrutas, pero no te olvidas del desfiladero que alguien te mencionó al llegar a Ammán. En la salida hay un camello esperando, se llama Abdel y promete llevarte a tierras lejanas. Ahí van las caravanas cargadas de especias y alhajas hasta el Oriente, pero tú quedas aquí. En un oasis como Jordania también hay desiertos, y el más importante se llama Wadi Rum.

Jordania

De color rojizo, este desierto es famoso por las aventuras de Lawrence de Arabia o el rodaje de películas de Star Wars. Es, fue, será; tienes un gazpacho temporal importante. Mientras descubres la respuesta, sales a explorar Wadi Rum para darte cuenta de que no hace falta ser la primera persona en pisar Marte; esto es mejor. Sentarte a ver tantas estrellas que no necesitas luces, ni linternas de móvil. Hay casas esculpidas en la tierra y algo te dice que ese desfiladero está muy cerca.

Petra

Tu camello sabe el camino, no necesita cosquillas en la nuca. La tierra parece temblar y el horizonte es aquí más dorado. Finalmente, ves esa grieta en el tiempo que resulta ser el desfiladero de El Siq y avanzas, te tiembla el pulso. ¿Ves el color rosa? No es un espejismo, es el rosa Petra. Los nabateos vivieron en este lugar de Jordania hace miles de años (o hace dos días, ya sabes) y convirtieron a Petra en Maravilla del Mundo mucho antes de la llegada de la Unesco. 

Una ciudad tallada en piedra, con el edificio de El Tesoro como principal emblema. Los colores cambian, y te invade la certeza de que los antiguos moradores de Petra debían amar la puesta de sol por encima de todas las cosas. Al anochecer, las velas se encienden en mitad de la ciudad y sientes que aún quedan mil y una noches por vivir. Te quedas aquí. Lo de volver al 2022, puede esperar.


Fuente: Houdinis

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