La Bodega Secreta de Lola Jarandilla

Pedimos a Lola Jarandilla, miembro de la AETCM y Responsable de Gestión y Administración en
esa entidad, que nos hable de su “Bodega secreta”, indicándonos qué cervezas se llevaría a
una isla desierta… y nos sorprende con un relato donde da cuenta de sus experiencias, vividas,
o quizá solo imaginadas, precisamente en esas circunstancias.

DÍA 1.
He pasado de estar tomando el sol en la cubierta del barco donde disfrutaba de un, pensaba yo, plácido crucero, a despertarme en la orilla de lo que bien parece una auténtica isla desierta. De esas de las películas y los libros, no exagero.
Afortunadamente, en mi afán de salvar del naufragio todo lo que pudiera resultar valioso, metí boli y papel en una bolsita zip de IKEA, dentro también de una bolsa que uso para por si los vómitos, dentro a su vez de una mochila que ha resultado aceptablemente impermeable. Al ver este paisaje playero y paradisíaco, he comenzado a soñar que estaba en una tumbona degustando una de mis cervezas favoritas:

Productor: MARIJAVE (Marimanga).
Tipo: strong ale.
Volumen alcohol: 8,8 %
Recomendación: con unas carrilleras cocinadas con vino oloroso y endulzadas con dátiles o pasas en la cocción. O sola, sin más, para degustar su sabor “belga”.

DÍA 2.
Resulta que, efectivamente, esto es una isla desierta. Tuve la previsión, aunque no fumo, de meter en la bolsita zip un mechero que suelo llevar siempre conmigo, por si un día me cruzo con Brad Pitt y me pide fuego. Por lo que he podido paliar el frío nocturno con una hoguera que ha aguantado lo suficiente como para darme calorcito.
El olor de la hoguera me recordó una cerveza ahumada que en su día disfruté en mejores condiciones, aunque con los ojos cerrados y con el mar de fondo no me costó ponerme en situación y degustarla como aquel día. Esta es la cerveza que estoy degustando ahora mismo en mi imaginación.

Productor: CERVEZAS ARRIACA.
Tipo: cerveza ahumada.
Volumen alcohol: 4,5%
Recomendación: indican que es como complemento de cocina, pero a mí me parece perfecta para tomar acompañada por un poquito de cecina, potenciando su sabor.

DÍA 3.
He salido a ver qué puedo comer en este entorno tan ideal como este, si como ideal se entiende precioso, pero que carece de chiringuito, de tumbonas y hasta de vida, exceptuando la mía propia, que corre peligro de desaparecer por inanición.
Aunque por fin encuentro algo de comer: un árbol de los que en mi infancia llamábamos de “pan y quesito”: nunca pensé que pudiera parecerme el más delicioso manjar. Mi imaginación ha volado, y me hacía la cuenta de que tomaba un queso real, untuoso, graso y delicioso, y que lo acompañaba con una cerveza que nunca me falla con lácteos cremosos.

Productor: MAHOU.
Tipo: lager envejecida en barrica de roble.
Volumen alcohol: 6,9%
Recomendación: tomar con panacotta con toques de vainilla te traslada a la estratosfera del sabor. Con un queso brie de calidad, también me vale. Hasta con “pan y quesito”.

DÍA 4.
Sentada en la orilla, soñando con que viene un barco a rescatarme o que un dron puede ver mis casi flacos brazos arañando el aire como en un baño de bar, he visto unos cuantos pececillos que se acercaban a mí, como provocándome, diciéndome con sus ojos de pez: “Cómeme si puedes”. Y, de nuevo, cierro los ojos y me traslado a aquel maridaje con ceviche de corvina que combiné con una cerveza maravillosa:

Productor: 28 BRASSERIE.
Tipo: sour / wild-brett
Volumen alcohol: 7,5 %
Recomendación: ceviche de corvina o lubina. O con uno de estos
peces que nadan a mi lado, si pudiera cogerlos.

DÍA 5.
Dando una vuelta, mi olfato me ha llevado hasta una zona donde mis sentidos me han trasladado a un pueblo de Guadalajara, Brihuega. Allí, en mucha más cantidad de lo que ven ahora mis ojos, la lavanda se da hasta en la cerveza. Y recuerdo, con lágrimas en los ojos, la más refrescante que tomé el verano pasado. Me abstraigo y la degusto con la imaginación:

Productor: CERVEZAS PASIÓN PÚRPURA.
Tipo: ALE con lavanda.
Volumen alcohol: 5,9 %
Recomendación: acompañada de mucho calor, como el que tengo yo
ahora mismo.

Y en estas estaba yo, soñando con esta cerveza fría que pasaba por mi gaznate, cuando veo delante de mis ojos una lancha, con un barco más allá, con dos rescatadores que me parecen ángeles, que me cogen, que me envuelven, que me llevan y que, una vez en el barco, me preguntan que qué quiero, que si otra manta, que si agua, que si algo de comer, que si un teléfono móvil… y yo, ensimismada aún en mis pensamientos de los últimos cinco días, solo alcanzo a decir: “¡Una cerveza!”.

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Fuente: factoriadecerveza.com

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