Te invitamos a recorrer los hitos ‘goyescos’ del entorno de la glorieta de San Antonio de la Florida que son homenaje a este artista universal
La ermita, el cementerio, la estatua del pintor, un monumento en piedra, un mural gigante de una de sus obras más emblemáticas y una futura instalación deportiva forman parte de este paseo
Como todos los artistas universales, Francisco de Goya es inmortal. Sigue viviendo en los libros, en cada una de sus obras colgadas en las paredes de los grandes museos y, por supuesto, en la memoria colectiva. Pero hay un trocito de Madrid, pequeño, verde, situado en el distrito de Moncloa-Aravaca, donde la sombra del genial aragonés es muy alargada. Es el entorno de la glorieta de San Antonio de la Florida, donde su huella se concentra y multiplica. Te invitamos a conocer los hitos ‘goyescos’ de la zona.
Allí, en la ermita de San Antonio de la Florida descansan desde 1919 los restos del pintor, nacido en 1746 en Fuendetodos y fallecido en Burdeos en 1828. Allí, en el cementerio de La Florida, conocido popularmente como del Dos de Mayo, reposan también las 43 víctimas fusiladas por el ejército napoleónico en sus proximidades, en una de las fechas más sangrientas y épicas de la historia de la ciudad. En este entorno se alzan dos de los monumentos erigidos en memoria del artista y, desde finales del pasado año, un mural gigante, firmado por Javier Lobo (Miek), replica una de sus obras más reconocidas, Los fusilamientos del 3 de mayo. Dentro de poco, abrirá sus puertas una instalación deportiva básica, que llevará el nombre del pintor aragonés, obedeciendo a un empeño de la junta municipal del distrito de, a través del arte y del deporte, regenerar esta zona del Manzanares en la que Goya tiene un marcado protagonismo.
Es un paseo corto pero intenso en el que hay seis paradas casi obligatorias:
Ermita de San Antonio de la Florida. Inaugurada en 1789, es obra de Francisco Fontana por encargo de Carlos IV, tras la adquisición de la Real Posesión de la Florida. Anteriormente se habían construido otras dos ermitas con la misma advocación, derribadas posteriormente. La ermita es de planta de cruz griega con brazos muy cortos, ábside semicircular en la cabecera y fachada barroca. Su principal tesoro es la cúpula decorada en 1798 por Goya, con los frescos que representan el trance de San Antonio en Lisboa. Pero, otro de sus aspectos más singulares es el ‘retrato’ del Madrid goyesco, con su majos y majas en la zona más alta de la iglesia. Las pinturas de los retablos son obra posterior de Jacinto Gómez Pastor.
A principios del siglo XX, ante el peligro de conservación de las pinturas, se construyó una nueva ermita gemela, obra de Juan Moya y paralela a la primitiva, para trasladar allí el culto y preservar los frescos. En la década de 1970, Fernando Chueca fijó e iluminó las pinturas y en 1988 el Ayuntamiento acometió una nueva restauración del conjunto.
Cementerio de la Florida o del 2 de mayo. Es el cementerio más antiguo de Madrid. Construido en 1796 como camposanto de la Real Parroquia de San Antonio de Padua de la Florida, estaba reservado para los empleados del Real Patrimonio. Está situado en la calle de Francisco y Jacinto Alcántara y, gracias a formar parte de esa página de la resistencia madrileña frente a los franceses, ha logrado sobrevivir a los numerosos cementerios madrileños demolidos en los siglos XIX y XX. Allí están enterradas 43 víctimas fusiladas contra las tapias de la montaña del Príncipe Pío la noche del 2 al 3 de mayo de 1808, aunque no recibieron sepultura hasta el día 12. Las víctimas fueron escogidas por sorteo entre los encerrados en los ‘depósitos’ de detenidos de Chamartín, la Puerta de Santa Bárbara y del cercano cuartel de San Gil, situado este último en la actual plaza de España y parte de cuyas ruinas, se pueden contemplar ahora en el camino al tempo de Debod.
Durante un tiempo después siguió sirviendo de descanso final para los trabajadores de la Real Posesión de La Florida, pero terminó dedicándose en exclusiva al culto de las víctimas del Dos de Mayo.
En su cripta se depositó una urna con las cenizas de las víctimas, exhumadas de su fosa original y aquí recibieron también sepultura algunas personalidades de la época, como el político, militar e historiador gijonés Evaristo San Miguel.
En 1931 el cementerio se cerró al público y, tras los daños sufridos durante la guerra civil, en 1959 Vicente Baztán Pérez, director del Patrimonio Histórico Artístico Municipal, redactó el proyecto de rehabilitación que incluía la construcción de una nueva capilla sobre la traza de la antigua. Se inauguró el 2 de mayo de 1960. En la década de los 80 se reabrió al público y se colocó una reproducción en cerámica del cuadro de los fusilamientos junto a un pebetero con llama, pero, tras sufrir algunos actos vandálicos, se cerró de nuevo y sólo se abre en la conmemoración del 2 de mayo. Gestionado por la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, si quieres visitarlo pues hacerlo llamando al teléfono 91 365 27 77.
Estatua del pintor. Con su gesto adusto, armado de paleta y pinceles, un Francisco de Goya en bronce contempla la glorieta de San Antonio de la Florida desde su pedestal de granito. José Llaneces, escultor, pintor y fotógrafo madrileño nos devuelve una imagen del pintor aragonés sentado en una silla estilo ‘imperio’, vestido con camisa con chorreras, pantalón ajustado por debajo de las rodillas y casaca abierta, que donó al Estado español en 1904 y que en 1925 fue cedida al Ayuntamiento que la colocó en la escalera principal de la Casa de la Villa. No sería hasta 1986 cuando la estatua ocuparía su lugar actual.
Monumento de Goya. Mucho más reciente, data de 1996, y a medio camino entre un túmulo y una estela funeraria, es el monumento firmado por el pintor y escultor Joaquín Vaquero Turcios, anejo al cementerio de la Florida, en un lugar en el que, desde mediados del siglo XIX hasta el primer tercio del XX, la Compañía de Ferrocarriles del Norte ubicó distintas construcciones de su propiedad. Allí, sobre una colina artificial a la que se accede por rampas escalonadas hechas con traviesas de ferrocarril, se emplazan cuatro muros de hormigón blanco tallado con distintas orientaciones, cada uno de los cuales lleva incisa una de las letras de la palabra GOYA. Es una potente obra, característica del estilo expresionista abstracto de Vaquero Turcios.
Mural gigante de los fusilamientos. Desde finales del año pasado, el paisaje urbano de este entorno se ha enriquecido con el mural gigante -300 metros cuadrados sobre superficie de hormigón, en varios planos- realizado por el artista urbano Javier Lobo (Miek), que recrea Los fusilamientos del 3 de mayo. Situado en la calle de Mozart esquina con el paseo de la Florida, nació de los presupuestos participativos de 2018 del distrito y fue encargado por la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca para regenerar la zona del Manzanares. El diseño juega con los colores y la iluminación, aprovechando los distintos planos del muro para conseguir la profundidad que el genial artista reflejó en la obra original. Además, se reproducen dos autorretratos del propio Goya, uno de ellos pintando.
IDB Francisco de Goya. La próxima referencia al pintor aragonés tiene que ver con el deporte y será realidad dentro de poco. Se trata de la Instalación Deportiva Básica (IDB) Francisco de Goya que, a finales de primavera, permitirá a los vecinos del barrio de Casa de Campo gozar de nuevos espacios para practicar distintas modalidades deportivas: baloncesto, voleibol, pista de patinaje, zona de calistenia, área infantil y un espacio biosaludable para que el ejercicio no esté reñido nunca con la edad. Situada en una parcela hasta ahora degradada de la calle de Mozart, vecina de las ermitas, el cementerio, los monumentos, ¿cabía otra manera de bautizarla?