Las falsificaciones están a la orden del día y cada vez resulta más fácil acceder a ellas. Con el auge de las redes sociales y los canales de mensajería directos, tales como Telegram o TikTok, la red de falsificaciones ha crecido considerablemente en los últimos tiempos y la hacen muy accesible al público.
En este sentido, los estudios realizados por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), confirman que el comercio en línea fomenta la distribución y venta de productos falsificados.
La realidad es que el comercio electrónico ha crecido a un ritmo vertiginoso, sobre todo a partir de la pandemia, y entre sus consecuencias se encuentra también el fraude, y es que el 56% de las incautaciones aduaneras realizadas en las fronteras de la Unión Europea provienen del e-commerce. En 2019, la Comisión Europea aseguró que el 18,4% de las falsificaciones de la Unión Europea procedían de España, cifras que se prevé que para este 2023 alcancen el 21,2%.
El auge de las copias, las imitaciones y las falsificaciones
En la actualidad, las falsificaciones es uno de los principales delitos de la vulneración de los Derechos de Propiedad Industrial y Derecho de la Competencia de los titulares de las marcas. En un recorrido por internet buscando determinados productos, el consumidor encuentra productos originales pero también verá falsificaciones.
Dentro del comercio electrónico el comprador puede encontrarse con copias, imitaciones y falsificaciones, y son estas últimas las que representan el auténtico delito. Mientras que las primeras se encuentran en situación legal, las copias son inspiraciones en otros productos y las imitaciones son reproducciones para vender algo similar, las falsificaciones representan una actividad ilícita que está perseguida.
La creación de productos haciéndose pasar por originales supone una violación al Derecho de Propiedad Industrial. El sector textil y del calzado son los más afectados. Así estas falsificaciones, que representan el 2,5% de todo el comercio a nivel mundial, suponen una pérdida de 433.000 millones de euros.
Los canales de falsificaciones
Las redes sociales representan un problema en alza con las falsificaciones. Encontrar canales o cuentas donde te aconsejan realizar esta práctica ilegal, te cuentan sus beneficios o hasta como y donde hacerlo, están al alcance de todos. Estas cuentas sociales tienen una alta demanda dentro del público joven, quienes además representan el sector de la población que más consumo hace de las falsificaciones.
En la actualidad, el 59% de la población mundial tiene acceso a internet, un hecho que ha supuesto un aumento de las compras online y con ello el peligro de caer en este tipo de delitos. Además las redes sociales se han centrado en mejorar la experiencia de los usuarios olvidando la importancia de abordar la problemática de las falsificaciones que tienen lugar en sus espacios.
Encontrar este tipo de productos se ha convertido en un hecho del que sentirse orgulloso y una forma de hacer frente a las dificultades económicas sin renunciar a lucir determinadas marcas. Las redes sociales son la vía perfecta para ello, y es que aunque Telegram era el canal por excelencia de las falsificaciones, el auge de TikTok no se ha hecho esperar.
Aunque desde la empresa se ha hecho saber que las “pautas comunitarias son claras en cuanto a que no permitimos contenido que facilite la venta de productos falsificados. Nos tomamos muy en serio la protección de la propiedad intelectual, y los creadores que vendan productos falsificados en nuestra plataforma pueden ser eliminados”, la red social china se ha convertido en una vía para las falsificaciones.
Hashtags como #dupes o #reps suman más de 2.000 millones visualizaciones. Entre el contenido que podemos encontrar en esta aplicación, se difunden reseñas de estos productos y de dónde encontrarlos. Sin embargo los perfiles de esta red social no abogan por el negocio como tal, sino por aumentar sus visitas, por lo que usan las falsificaciones como medio para lograr tal fin.
¿Qué lleva a comprar productos falsificados?
La compra de falsificaciones es un hecho que está muy presente en nuestra sociedad, tal es así, que entre las 22.021 personas comprendidas entre los 15 años y los 24 años, encuestadas por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea en 2022, el 37% de ellos declaró haber comprado al menos un producto falso en los últimos doce meses. Estos datos reflejan un aumento de esta práctica si atendemos a que en el año 2019 la cifra estaba en un 14% de la población.
Entre los motivos que llevan a este sector de la población a caer en estas compras ilegales se encuentra el aumento del coste de vida, la inflación, las dificultades financieras que deben hacer frente, el aumento de los precios en las marcas de lujo y sobre todo, la cultura del ahorro. Así, el 20% de los jóvenes encuestados por GWI en 2023, afirman que la inflación ha tenido un impacto dramático en sus finanzas.
Fuente: El Blog Salmón