Salí de la Ciénaga de Santa Marta y desde ahí tomé un descanso para poder dirigirme a la entrada donde se encuentra la Ciudad Perdida. La caminata hasta llegar allí fue un poco cansada, pero valió completamente la pena. El paisaje es impresionante, con montañas altas y una gran cantidad de flora y fauna.
Este lugar fue declarado como reserva de la biosfera desde 1979 por la UNESCO, en ella habitan los descendientes de los Tayronas para quienes nosotros somos sus hermanos menores, por quienes es llamada Teyuna.
Cuando finalmente llegué a la Ciudad Perdida, fue algo increíble. Esta ciudad fue construida por los Tayronas hace cientos de años y es un lugar lleno de historia y misticismo. Sus nuevas generaciones que viven alrededor de las montañas son muy amables y hospitalarios.
El recorrido por la Ciudad Perdida es una experiencia que no se pueden perder, pero hay que tener en cuenta algunas recomendaciones. El camino es difícil y empinado, así que es importante llevar calzado cómodo y ropa adecuada, como también es recomendable llevar agua y snacks para reponer energías en el camino.
Lo que más aprendí en la Ciudad Perdida fue el valor de la cultura y la historia de los pueblos ancestrales. La Ciudad Perdida es un lugar sagrado para los Tayronas y debemos respetarlo como tal, por lo que es importante que los turistas seamos conscientes de nuestra responsabilidad en la conservación de la cultura y las tradiciones de estos lugares.
En conclusión, si están buscando una experiencia única en Colombia, no eviten dejar pasar el momento de visitar la Ciudad Perdida. Es un lugar lleno de historia, cultura y misticismo, y además nos enseña la importancia de respetar y cuidar nuestro patrimonio natural y cultural. ¡No se arrepentirán!
Si se encuentran en el extranjero, es muy fácil reservar un vuelo a las principales ciudades de Colombia como este paraiso.
Fuente: Houdinis