Ya sabemos lo que pasa cuando pisamos el centro de Madrid: jaleo, alboroto, turistas siguiendo a un guía con paraguas y terrazas que ofrecen una enorme lista de paellas españolas ‘con cosas’. En este contexto y para romper con lo establecido nace Lynch, un moderno local ubicado en una calle trasera de Sol (Barcelona, 12) que se desmarca del modus operandi de la zona. Un espacio de estética rompedora y carta súper apetecible donde podemos picotear y tomar cócteles desde el mediodía hasta la madrugada en un ambiente cool y distendido cada vez más difícil de encontrar en las inmediaciones de la Puerta del Sol.
Sí, has acertado: Lynch es el local que rinde un claro homenaje al director de cine David Lynch. Su decoración no deja duda: el retrato ilustrado del Agente Cooper de Twin Peaks se ve en una de las paredes, y la estética neoyorkina del espacio nos traslada directamente a una época de misterio pero en clave actual, más cool. Su decoración sigue el hilo conductor de su otro local, Hopper (en C. de la Cava Baja, 40), y para ambientarlo han sido ellos mismos quienes lo han decorado cogiendo un poquito de aquí y de allá, pateando el rastro y diferentes tiendas de antigüedades. Aquí verás sillas de peluquería y sofás de barbería, televisores más viejos que tú y otros aparatos como radiocasetes comparten alma en un diáfano espacio con cocina a la vista. En su carta encontrarás otras referencias a Lynch: cada uno de los cócteles que figuran en ella llevan el nombre de la películas del mítico director.
¿Cuál es la propuesta de Lynch? Podemos decir que es un food&drink gallery: un local en el que todo gira en torno al mundo del arte (utilizan el sitio como galería de exposiciones y cada mes cambian de obras) y al de la coctelería. Aunque aquí también se come, y bien rico. Lo suyo podríamos definirlo como cocina fusión con rasgos mexicanos y asiáticos. Así, en su carta encontrarás platos en su mayoría conocidos por todos a los que aplican ciertos toques creativos: como la Burrata rellena de pesto de almendras fritas, el Bocata de calamar Lynch Style (con pan brioche y mahonesa de kimchi), unas gustosas Croquetas de langostinos y guajiro o el Pulpo en salsa macha, que se sirve con una cama de papa revolcona con chorizo y mojo verde que se termina de marcar sobre la mesa.
A estos se suman bocados directamente importados de México o Asica, como el Aguachile (ceviche de langostino con jugo de lima y guacamole), nuestro plato favoritos; o el Bao de cochinita pibil. El toque final perfecto viene con una genial Tarta de Caramelo, aunque si eres incondicional de la cheesecake, comprobarás que la suya aprueba con nota.
Para disfrutar de verdad de Lynch tienes que probar sus cócteles, de tinte internacional, tanto los clásicos como los de autor. De los primeros destacan tragos como Lady Shanghai, a base de vodka, lichi, limón, manzana y clara de huevo; The Grand Mother con Jakc Daniel’s Apple, limón y caramelo; o Ronnie Rocket, de ron añejo, ron spiced, piña y maracuyá. Para la sección de autor encontrarás pócimas geniales como el Eraserhead, con aloe vera, cucumber gin, cordial de limón y bitter de naranja; el seductor Lady Blue con gin con licor marraschino, violeta y limón; el Twin Peaks, a base de cava, lichi y bitter de ruibarbo. Hay opciones tanto para prolongar la sobremesa tras la comida o cena, como para acompañar una animada reunión de amigos una vez se acerca la medianoche y sube el volumen de la música en la sala.
Y es que Lynch es el sitio ideal para dejarnos engatusar un rato por la noche, los buenos cócteles y la música, y es que aquí no se les escapa ni una y amenizan con pop internacional que da gusto. Aunque el tardeo también seduce cada vez a mayor público. Y, en breve, el brunch será otro de sus fuertes, ¡y nosotros no nos lo vamos a perder!
¡Valóralo!
Fuente: Madrid Diferente