La actual edición de los Veranos de la Villa ha reforzado su apuesta por convertirse en un festival sostenible con el medio ambiente y accesible para todas las personas
Las emisiones de CO2 generadas por los distintos eventos son compensadas por el ciclo cultural con aportaciones al programa municipal Madrid Compensa, que garantiza la plantación de siete árboles por cada tonelada emitida
Este ciclo cultural se realiza conforme a los principios de la accesibilidad universal, con el fin de eliminar barreras físicas, sensoriales y cognitivas para hacer posible la participación de las personas con discapacidad
Sostenibilidad y accesibilidad son dos conceptos claves para nuestro futuro. Por un lado, la sostenibilidad determina el modo en que los seres humanos podemos seguir desarrollando nuestra vida sin perjudicar un entorno del que, de una u otra manera, dependemos. Por otro, la accesibilidad en cualquier actividad determina que cualquier persona, independientemente de sus necesidades de apoyo, pueda participar en ella de la manera más igualitaria posible. Por ello los Veranos de la Villa, ya consolidado como el gran festival de eventos culturales de Madrid en cada estío, han reforzado en su actual edición el compromiso de conformar un ciclo cultural sostenible con el medio ambiente y, a la vez, accesible para todas las personas. El ciclo atiende así a las personas, con el objetivo de fomentar un acceso inclusivo y seguro a contenidos culturales y artísticos de calidad y, también, al entorno, apostando por la cultura como vehículo de concienciación ante los retos de cuidado del medio ambiente y el impacto que tenemos las personas sobre el mismo.
Yendo al plano medioambiental, el festival organizado por el Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid desarrolla por segundo año consecutivo un estudio medioambiental de aquellas programaciones en las que se prevé mayor afluencia de asistentes, donde se recogen, entre otras cuestiones sostenibles, la calidad del aire, la estimación de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y su compensación correspondiente fomentando la naturaleza en Madrid, así como medidas preventivas, correctoras y compensatorias. Este estudio, en la pasada edición 2022, dio como resultado la estimación de una huella de carbono generada por el festival equivalente a unas 47 toneladas de CO2. Como compensación, la sociedad municipal de gestión cultural y turística Madrid Destino, Turismo y Negocio -responsable de coordinar la programación de los Veranos- efectúa una aportación económica al programa Madrid Compensa, un programa voluntario de compensación de emisiones de CO2 y generación de servicios ecosistémicos del Ayuntamiento de Madrid. De esta manera, se acometen plantaciones de árboles en áreas forestales del municipio. De acuerdo con las ratios de absorción de las formaciones arbóreas en esta ciudad, para absorber una tonelada de CO2 en 30 años, se necesita un módulo tipo de siete árboles. Este módulo combina diferentes especies propias del ecosistema mediterráneo de interior propio de Madrid, como pino piñonero, pino carrasco, encina y fresno.
A todo esto se suman medidas preventivas, como la planificación de trabajos para minimizar el movimiento de vehículos, maquinaria y elementos industriales para evitar los consumos innecesarios de combustible y otros elementos que pueden generar sustancias contaminantes. De la misma manera, se fomenta el cuidado en la generación de residuos y se promueve la correcta gestión de estos, posibilitando su segregación en origen.
Reutilización de recursos y gestión de residuos: el ejemplo de La Sub25
Un ejemplo del cuidado medioambiental de las actividades de los Veranos de la Villa lo encontramos en La Sub25, el festival de creación artística y estilo de vida joven que este año se ha celebrado entre el 25 y el 29 de julio en el parque de Madrid Río. Así, una primera medida para evitar la generación de residuos consiste en la reutilización. En este sentido, cabe destacar como ejemplo que alrededor del 20% de las lonas para cubrir las vallas en La Sub25 son genéricas y reutilizadas de la edición anterior.
También se adoptaron otras medidas para evitar los efectos ambientales negativos derivados de la gestión de residuos generados durante la producción de este evento. Entre ellas, se incluyó facilitar a todos los implicados en el Festival (personal de producción, proveedores, restauradores, artistas, y los propios asistentes) los medios necesarios para que puedan realizar la separación en origen de las distintas fracciones de residuos. También se estudiaron los contenedores necesarios para tratar de contar con la capacidad suficiente y gestionar correctamente las diferentes fracciones de residuos, posibilitando su segregación en origen para facilitar su posterior tratamiento.
En cuanto a los aseos instalados para el personal y el público, cabe indicar que, en los espectáculos en Conde Duque, estos están conectados a los desagües propios del edificio por lo que queda asegurado el tratamiento de las aguas residuales generadas al ser vertidas a la red municipal de alcantarillado. En los espacios donde es necesario implantar sanitarios portátiles, el proveedor de estos cuenta con el correspondiente certificado UNE y demás autorizaciones pertinentes tanto para el tratamiento como para el transporte de aguas residuales.
En lo referente a la contaminación del suelo, se han tenido en cuenta los posibles vertidos accidentales de combustible a la hora de recargar la maquinaria y se aplican las acciones preventivas pertinentes, como por ejemplo la instalación de una base impermeable de polietileno. Además, los grupos electrógenos cuentan con chasis antifugas con bandeja de retención de líquidos.
Asimismo, se han considerado los posibles vertidos accidentales que pudieran producirse durante las labores de limpieza, recogida y recarga de los tanques de los baños químicos. Por ello, se ha decidido instalar estos sobre suelo pavimentado en lugar de sobre suelo de tierra o ajardinado.
Otra vertiente de la contaminación es la lumínica. En este punto, los Veranos de la Villa han desarrollado en sus eventos un diseño de luces para que no interfieran en el exterior, utilizando equipos apropiados y dirigiendo los mismos en las direcciones que no afecten al exterior, es decir, siempre en dirección descendente.
Tampoco hay que olvidar que los Veranos de la Villa han tenido en cuenta la disponibilidad de transporte público en la ubicación de sus eventos, para favorecer también los desplazamientos sostenibles de la ciudadanía.
Cultura abierta a todas las personas más allá de sus capacidades
A lo ya explicado se suma la perseverancia de los Veranos de la Villa en la accesibilidad a sus eventos. De este modo, más de 70 actividades han contado con algún servicio de accesibilidad para personas con discapacidad. Se pusieron a disposición del público que lo precisara recursos como áreas reservadas a personas en silla de ruedas o con movilidad reducida, dispositivos sensoriales como audiodescripción o mochilas vibratorias, e intérpretes en lengua de signos, entre otros.
En este aspecto, la gran novedad de este año consistió en la distribución de tarjetas en Braille para el acceso a la programación de los Veranos en Internet. El ciclo cultural ha dispuesto en su web de una sección específica con toda la información sobre estas medidas de accesibilidad.
La preocupación de la organización de los Veranos de la Villa por la accesibilidad y la inclusión ha ido más allá. Un ejemplo lo da, además de la aplicación de políticas de descuentos, el destino de más de un centenar de entradas a coste cero a colectivos en situación de vulnerabilidad o con dificultades de acceso a la cultura para garantizar el disfrute de la programación. Esta iniciativa se ha desarrollado en coordinación con el Área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, con el propósito estratégico de convertir Madrid en una ciudad centrada en las personas, solidaria e inclusiva. Otro lo tenemos con la instalación en las actividades dirigidas al público joven de ‘puntos violeta’ de carácter informativo para concienciar y sensibilizar sobre la violencia sexual en espacios como la Explanada Negra de Madrid Río y el Patio Central de Conde Duque.