Al desastre sanitario ya le está acompañando una severa crisis económica. El FMI ha levantado acta provisional del desplome de la actividad económica global. El mundo sufrirá la contracción más pronunciada en el ritmo de crecimiento desde la Gran Depresión, superior al 3% en 2020. Pero será en las economías avanzadas donde la recesión será más pronunciada, y dentro de ellas, la eurozona, con Italia y España como las más afectadas, con contracciones inéditas en los registros estadísticos, del 9% y del 8%, respectivamente. Son cifras muy provisionales, previsiones todavía presididas por un elevado grado de incertidumbre, el asociado a la información incompleta acerca de la propia evolución de la pandemia, de su propagación y sus posibles rebrotes. A partir de ahí, la normalización de la actividad económica dependerá de la contundencia y coordinación en las medidas de estímulo económico que adopten los Gobiernos nacionales y las instituciones multilaterales.
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