Todos nuestros deseos nacen en Sierra Morena

Cuentan que más allá de Despeñaperros comienza el mundo de los deseos. Lo confirman quienes miran al cielo desde las diferentes estribaciones de Sierra Morena, gigante geológico de Andalucía que se reparte por las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Huelva. Sólo tienes que elegir el mejor umbral de entrada y mirar arriba, pero también debes mantener los pies en la tierra. Te hará falta a la hora de experimentar las maravillas del geoturismo que el sur de España revela como en pocos otros lugares. En Sierra Morena, la naturaleza y la historia han forjado un paisaje icónico, donde el viento trae secretos encerrados en sus pueblos mineros, cuevas fascinantes y cumbres capaces de conversar con las estrellas.

despeñaperros

Si llegas a Sierra Morena a través del histórico Camino de Olavide, el que penetra en la provincia de Jaén por Aldeaquemada, déjate refrescar por la cascada de La Cimbarra — uno de los muchos tesoros que reserva el río Guarrizas— y apunta a otras galaxias desde el observatorio astronómico de Navalacedra. Libera a tu artista interior frente a las pinturas rupestres del Arco Mediterráneo aquí presentes, reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco; o en las obras milenarias de los Órganos de Santa Elena, otro de los mejores lugares para maravillarse con los primeros ‘van Gogh’ de la historia. Las galerías de arte más antiguas permiten hacer un alto para viajar en el tiempo a través del puente romano de El Piélago, totalmente camuflado en un enclave declarado monumento natural; pero también para disfrutar de la naturaleza con la experiencia de avistar linces en el Centro de Cría de La Olivilla, o la observación de fauna silvestre en la Dehesa Navalacedra.

Santa Elena
Santa Elena

Aún sin moverte de la provincia de Jaén, en La Carolina, sus hitos mineros te revelarán
viejos secretos encriptados en la tierra. Como caminar a ras de las orquídeas hasta llegar al socavón minero de la Mina de la Aquisgrana, enclave donde sumergirte en el Aula de la Minería o el cercano castillo de las Navas de Tolosa, cuyo origen aún resulta confuso en las crónicas castellanas y andalusíes. Una zona ideal para perderse entre antiguos núcleos mineros como Los Guindos, donde las antiguas construcciones desnudas bajo el cielo parecen contener viejas historias que desean ser descubiertas, que aún flotan entre el viejo trazado ferroviario y su mirador astronómico. Finalmente, te plantearás si esto es Cardiff o Andalucía al descubrir El Centenillo, en Baños de la Encina, antiguo pueblo minero de trazado inglés donde su Estación del Cable o el mirador astronómico parecen fundirse con el firmamento. En Sierra Morena, el corazón invita a desenterrar relatos, pero también levantar la vista para buscarlos en el cielo, como si la Tierra y el universo se cruzaran en una conversación eterna.

En medio de este diálogo, surgen los Destinos Starlight de Sierra Morena. Mapas de sueños cuya nitidez nocturna se traduce en miles de estrellas a descubrir en soledad,
como en el mejor ritual. Cielos de escasa contaminación lumínica que en Córdoba
despliegan tantos miradores y observatorios como maceteros de geranios en sus patios,
desde la Aldea del Cerezo de Cardeña hasta el Santuario de la Virgen de Luna, a caballo entre Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. Sí, la luna aquí parece asomarse más, revelarte el modo de vida de antiguos mineros a través del Cerco Industrial de Peñarroya-Pueblonuevo, icono del geoturismo que revela diferentes joyitas olvidadas en la memoria, entre ellas los 16 castilletes centenarios en Belmez, su peñón encastillado y troncos fósiles de gran interés paleobotánico. A lo lejos, metafóricamente, oirás el pitido el tren que ya no es, mientras caminas por la Vía Verde de La Maquinilla y te sorprende el vuelo de la garza real, protagonista de la reserva de observación de aves en la zepa Alto Guadiato. Debes visitar el Museo Geológico Minero de Peñarroya o el del Cobre de Cerro Muriano, aunque si cuentas con tiempo suficiente, en el Museo Paleobotánico de Córdoba encontrarás una colección de plantas fósiles pertenecientes a los últimos
420 millones de años. La memoria de la Tierra no deja de sudar recuerdos de diferentes épocas. Avanzarás en el tiempo y llegarás a la iglesia de San Juan Bautista en Hinojosa, considerada como la catedral de la sierra; o la ciudad romana de Mellaria, en Fuente Obejuna. Tantas huellas y años dispersos en los rincones más insospechados.

cielo estrellado

Sevilla tiene un color especial, pero la provincia también cuenta con highlights
extraordinarios como el geoparque de la Sierra Norte, el cual enamoró a la UNESCO.
La historia ruge aquí en forma de cascadas, como las de la Rivera del Huéznar, o se
observa desde los miradores del Cerro del Hierro y Monte de la Capitana. Pero también se mira al cielo en los observatorios del Castillo de los Guardas y Almadén. Calizas y hornos de cal, coladas volcánicas, huellas de medusas, plutones…, en la Sierra Norte se muestran las diferentes pieles de la tierra, que podemos tocar y sentir como en pocos lugares al llegar a Constantina, El Pedroso, San Nicolás del Puerto o El Real de la Jara. Puedes elegir los diferentes enclaves, o dejarte llevar por el tranquilo paseo que promete la Vía Verde de la Sierra Norte, con sus destilerías históricas o las fortificaciones de la Banda Gallega, rebosante de castillos como el de El Real de la Jara, Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra, Alanís, Constantina y La Puebla de los Infantes. La Sevilla que no te contaron susurra en Sierra Morena tantas estampas atemporales como formas adopta el entorno.

cerro del hierro

Por último, en la deliciosa Huelva —y no lo decimos sólo por su jamón—, las comarcas
de la Sierra de Huelva, Andévalo y Comarca Minera regalan un atajo a las estrellas a través del sendero astronómico de Santa Ana la Real y el museo planetario de Villanueva de los Castillejos, en Andévalo. Un manto de experiencias —y estrellas— a vislumbrar desde los numerosos miradores sin perder la vista del suelo. Te hará falta a la hora de vivir las mejores experiencias de geoturismo mediante los travertinos de Zufre y la Peña de Alájar o la Mina de la Zarza. Todo ello, sin olvidarnos de los castillos de la Banda Gallega y una de las últimas mezquitas que siguen en pie en Almonaster la Real. Lo monumental emerge como una promesa que suspira en Aroche, pueblecito que exhibe una plaza de toros plantada en el interior de su fortaleza. O el encanto de Cumbres Mayores, con su castillo de Sancho el Bravo, que sorprende con los numerosos menhires de su plaza de armas, cultura megalítica que tiene su mayor expresión en el dolmen de Trigueros.

yacimiento minero

No has apartado la mirada de las estrellas, y pisas, caminas, hasta ver a lo lejos el río
rojizo de las minas de Riotinto. Sólo entonces vuelves a comprobar cómo llegaste hasta
aquí. O mejor: por qué tardaste tantos años en descubrir los confines del cielo y la tierra.
Porque a Sierra Morena vinimos a pedir deseos, a viajar a las estrellas. Y a veces,
incluso se llega a Marte.

 

 

Con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía. Cofinanciado con el Programa Operativo FEDER de Andalucía 2014-2020″.


Fuente: Houdinis

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