Son muchos los que piensan que sí, Chueca está muy bien para salir de fiesta pero hay pocos bares y restaurantes en los que se coma realmente bien; o que te animen a dejarte caer por el barrio más allá del fin de semana. ¡Qué equivocados están! Aquí os dejamos 5 direcciones que les harán cambiar de opinión.
EN BRUTO
Para empezar el día, tomar un café, algo de repostería artesanal y teletrabajar cómodamente, nada mejor que En Bruto. En los 400 m2 de este increíble espacio hay cabida para una panadería (PAM!), una cafetería de especialidad, salas destinadas para showcooking y formación en coctelería, y un laboratorio de fermentos en el que elaboran su propia kombucha (Fermakers). Aunque posiblemente lo que le ha hecho más popular es su amplio salón, con largas mesas corridas en las que poder trabajar con tu portátil y cómodos sillones que invitan a pasar allí horas y horas.
Por supuesto, a ello ayuda también sus bizcochos, muffins, rollos de canela y tartas. Si apetece salado, sus bocadillos y focaccias son súper recomendables. Lógico, por tanto, que sea tan difícil encontrar un sitio libre, especialmente si vas en fin de semana.
📍 San Lucas, 13
💳 Cafés, 2,20-3,50€ | Repostería, 1,80 -3€ | Focaccias, 8€ | Kombuchas, 3,50€
LILO BRUNCH
Lilo Brunch es el sitio perfecto para los disfrutones del brunch. Tienen un montón de platos dulces y salados que puedes pedir a cualquier hora del día. Y lo mejor: todos riquísimos. Nuestras recomendaciones del capítulo de platos salados son su Club House, un sandwich de gofre relleno de queso danés, huevos fluffys y mayonesa vegana, que se sirve bañada en sirope de mango y agave; y el Eggciting, plato que contiene, huevos poché, aguacate y salsa turca de cebollino, que es perfecto para tomar en cualquier momento del día.
Si lo que más te motiva a la hora de tomar el brunch son los platos golosos y la repostería, estás de suerte. Sus Chocopancakes (torre de pancakes bañada en ganache y crema de avellanas) están de fábula; al igual que las cookies y toda la variedad de tartas que ofrecen.
Sus cafés especiales, con nata y diferentes toppings, también son lo más; y muy instagrameables, como el resto de platos. Por cierto, en Lilo Brunch no pasa nada si acudes a desayunar o almorzar solo, sus ositos gigantes siempre pueden hacerte compañía.
📍 Libertad, 3
💳 Platos salados, 11 – 15€| Dulces, 3,20 – 12€ | Cafés, 1,60 – 4€
NUNUKA MADRID
No es el primer restaurante de cocina georgiana en Madrid pero sí que supone un apreciable salto cualitativo en cuanto a sus platos y la estética del local, que sus responsables presentan como un bistrot georgiano. La carta, aunque no demasiado extensa, contiene todas las recetas tradicionales con las que la república caucásica está conquistando el mundo. Aunque lo que ofrece Nunuka son versiones actualizadas, elaboradas con mimo y presentaciones mucho más atractivas.
Son obligados sus kachapuris (pan horneado y relleno de queso y una yema de huevo), el Khinkali (una especie de dumpling gigante, cocido y relleno de diferentes combinaciones como la de carne picada y caldo) y el Badrijani nigvzit (berenjena rellena de pasta de nueces y especias que se presenta cubierta de salsa de almendras). No conocemos a nadie que haya salido de aquí con cara de descontento.
📍 Libertad, 13
💳 Precio medio, 30-35€
MOMUS
¿Os apetece un cóctel? Entonces tenéis que visitar Momus, coctelería que con tan solo un año de vida se ha convertido en destino obligado para los aficionados a los cócteles de nivel. Más que una barra convencional, la de Momus parece un laboratorio en el que Alberto Fernández y su equipo elaboran excitantes pócimas. Y para disfrutarlas como merece, dos salones con diferentes estancias que hacen de Momus un lugar para todo tipo de ocasiones: reuniones de amigos, primeras citas, afterwork…
Si el leit motiv de su propuesta mixológica durante el primer año de vida fue el color, en este segundo año apuestan por la geometría como fórmula para activar los sentidos del gusto y de la vista. Puedes comprobarlo en su Kingston Negroni (su versión del clásico cóctel pero con ron reserva), Kinsei (un cóctel que se sirve a temperatura ambiente con ginebra japonesa y sake) o el Columela (ron, melaza de berenjena y nata infusionada en café) por el que particularmente nosotros tenemos debilidad.
📍 San Bartolomé, 11
💳 Cócteles, 12-14€
CARACOLA
Nuestra última parada es en Caracola, un local en plena plaza de Chueca en el que podrás encontrar un montón de tartas de queso y tortillas con distintos rellenos. Es el segundo local de esta enseña que lo petó en redes sociales con su primer establecimiento en el Mercado de Antón Martín.
Las recetas de sus tortillas al horno y cheesecakes, que elaboran a diario en su propio obrador, suelen ser bastante originales, e incorporan ingredientes que difícilmente encontrarás en otros establecimientos. El mejor ejemplo: la tortilla de patata con crema de pistacho ibérico, ¡una pasada! En cuanto a las tartas, vais a flipar con la de galleta Lotus y la de Yuzu que proporciona un sorprendente toque cítrico a su mezcla de quesos, ¡para no creer!
📍 Plaza de Chueca, 4
💳 Porción tortilla, 4,50€ | Porción tarta, 5,20 – 5,90€
¡Valóralo!
Fuente: Madrid Diferente