Lejos de no fundamentar mi redacción más allá de la experiencia, considero que debo escribir para quien quiera leerlo, sin empujarlo a que lo haga. Porque Arco Madrid 2023 me da arcadas.
Los que me conocen saben que utilizo el arte como una herramienta, quizá haya una animadversión en esa imposición de forma obligatoria entre pobres y rices o riques o como se diga. Pero basta ya de que los currantes asumamos responsabilidades que no nos competen.
Arco Madrid 2023 ha sufrido un acto de persuasión competencial de espectros que no le corresponden. Es decir ha tenido censura programada y eso es un acto que requiere de explicaciones. Al igual que otras ferias de arte que no he querido visitar, porque si la madre superiora esta así, imaginaros como estarán las demás.
Ya escribí que esta como todas las crisis no es una crisis económica, sino de falta de explicaciones. De esos abanderados que utilizan el mal como bandera para llenarse de bienvenidas. Y, señores y señoras, esto es un juego de todos y de todas. Y si usted pone la normas, usted se ocupa de lo bueno y de lo malo. No vale ser un pelota y luego tirar balones fuera.
No voy a hablar de galerías, ni de expositores, ni de ‘guest’, ni de autores… Voy a dialogar sobre aspectos que me han quitado las ganas, no de escribir ni de pintar, sino de fundamentar, de creer en el mercado que permite imponer. Ustedes sabrán lo que hacen y conocerán sus límites de la libertad, pero yo no considero oportuno ir de victima siendo el impostor.
Arco Madrid 2023 me da arcadas
En las 2 visitas que he realizado a para sentir el sentido diferenciador en la cuatricromía existente entre el público espectador profesional y la profesionalidad atendida como público, me he acordado en numerosas ocasiones de mi colega Iban, con el que realizamos la última visión de Arco en su 40 aniversario, recuerdo verle increpado constantemente por su ejercicio de defender la libertad. Un aspecto que conocía muy bien.
Y es que el arte sin activismo se queda corto. Y dada la censura programada existente en este 2023, considero que es una obligación saber indicar ese aspecto sobradamente, con una justificación colectiva. Así, todos los que continuáis leyendo, sabréis de primera mano lo que quiero decir. Y se debe hablar de ello.
Además, desde aquel fatídico Arco Madrid 2018, es la primera vez que mis neuronas recuerdan que esta Feria Internacional de Arte Contemporáneo en Madrid se lleva a cabo sin país invitado. Claro, ahora los ‘guest’ son los importantes. ¡Qué lío todo!
Así, en este Arco Madrid 2023 no ha habido ni invitación territorial, ni eslogan. Solo un simposio configurado en una trilogía basada en un mar redondo muy acertado, Iberoamérica. Ya que siempre nos acredita en momentos impuntuales y la alianza que lejos de una escalera como asiento no supe determinar. Quizá fue la frontera entre esa disputa picassiana y daliniana que mira Miró.
Lamento no tener información de primera mano de Arco Madrid 40+1, ya que no fui cómplice debido a esa imposición de pasar a la feria después de que metieran un palo por la nariz. Y, claro, como que no viene a cuento a estas alturas de identidad artística. Creo que homenajeaba a sus años + 1 de historia… Ante lo complicado nada como lo sencillo.
Poco color en lo pictórico y mucho menos en lo escultórico
Así, grosso modo, existe poco color en lo pictórico y mucho menos en lo escultórico. Y como en otras ediciones los toques de color más detallistas vienen de Iberoamérica.
Mucha antropología también en espacios territoriales con percepción de la identidad socio cultural, que al fin y al cabo es lo que marca para representación pictórica… ¿O no?
Obra muy distinta, aunque se detalla figurativismo industrial, no seré el único que habla mal de un elemento que dando tanta dedicación hacia el interés, siempre se le escapa algún aspecto positivo.
Lo mejor, como en muchas otras ocasiones, las personas que se topan y que tienen identidad y aprendizaje. Muy buenos momentos, aunque la cerveza es bastante cara. Pero en espacios así es comprensible dado que los precios no los marca el producto, sino el espacio mercantil.
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Fuente: pongamosquehablodemadrid.com