Brussels Beer Challenge, Eupen Edition (1ª parte)

La 11ª Edición del Brussels Beer Challenge se celebró en Eupen, Bélgica, del 1 al 3 de noviembre, y allí estuvimos para contártelo. Organizado por Luc De Raedemaeker and Thomas Costenoble, es uno de los concursos cerveceros más importantes del mundo.

Vamos a dividir nuestra crónica en dos partes: la profesional y la lúdica. Hoy vamos con la parte profesional, la faceta más seria del Brussels Beer Challenge y la que le situa como uno de los eventos cerveceros del año.

Kloster Heidberg: el cuartel general

El lugar elegido para realizar el concurso también era el hotel de muchos de los jueces. Un antiguo convento del siglo XVIII reformado para la realización de eventos y congresos. Sin duda, poder hacer las catas en la capilla de un convento, tiene su punto.

Todo controlado

Esa es la sensación que tienes cuando ves todo el tinglado. No se deja nada al azar. El nivel de profesionalización del concurso es máximo. Desde los organizadores hasta los camareros, son todos engranajes de una maquinaria bien engrasada.

Las catas comenzaban a las 9:00, con la típica cerveza de control para ir adaptando el paladar, y dar paso a una treintena de cervezas designadas para cada mesa. En la mesa, cinco jueces organizados por el presidente de mesa.

Aquí ya se puede ver lo fino que funciona todo. Los camareros traen las copas con celeridad, atentos siempre a lo que ocurre en las mesas. Las valoraciones de cada ronda se entregan a los encargados de introducir los datos, y al instante llegan las puntuaciones para las últimas deliberaciones de las medallas.

Nivel cervecero

Habría que preguntar a todos los jueces su parecer acerca del nivel de las cervezas presentadas, ya que cada mesa juzgaba distintos estilos. Desde luego, la sensación general era de mucho nivel. Tanto en las cervezas que yo pude catar, como en las que me comentaron varios jueces, aquí las cerveceras vienen con toda la artillería pesada.

Jueces de categoría mundial

Aquí viene a juzgar gente de mucho nivel. Yo era un simple soldado raso en comparación con la experiencia y nivel de muchos de los jueces allí presentes. Eso es algo que otorga una gran credibilidad al concurso. Jueces de todo el mundo, grandes profesionales cada uno en su ámbito, y con experiencia acreditada como catadores y jueces. Es una gozada poder compartir mesa y mantel con gente así.

Edición de récord

1.800 cervezas de 41 países distintos, y 85 jueces para catarlas. Una cifras de vértigo, que nos dan una idea de la importancia del Brussels Beer Challenge y su aceptación por parte de los elaboradores que presentan sus cervezas a concurso. Aquí la competencia es feroz y, sin duda, el que obtenga medalla puede lucirla con orgullo.

Tiempo para el ocio

De eso hablaremos en la siguiente entrega, así que permanezcan atentos a sus pantallas.

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Fuente: factoriadecerveza.com

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