El punto más cálido de Madrid está en medio de Malasaña: una plaza con 8ºC más que la Casa de Campo

Cuando el sol se levanta cada mañana sobre Madrid, hay una plaza del centro que empieza a recibir sus rayos desde primera hora y no deja de soportarlos hasta bien entrada la tarde. Once pequeños árboles y las sobrillas de sus abundantes terrazas ayudan a mitigar el que ha sido señalado por un reciente estudio como el punto que más temperatura alcanza en la capital, fruto de un efecto conocido como isla de calor.


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El lugar es la plaza del Rastrillo, (antes denominada con el nombre del franquista Juan Pujol), situada a tres manzanas del Dos de Mayo y que los vecinos de la zona conocen por su condición de tostadero durante las horas de sol en verano y también por el calor que emana su suelo cuando llega la sombra e incluso al hacerse la noche. Pocos son los niños que se atreven a usar su parque infantil, que no cuenta sin ninguna sombra, cuando el disco solar se encuentra en su apogeo.

Una medición de la consultora Arup, publicado dentro del estudio Urban Heat Snapshot, identifica este punto como el más cálido en la capital, según una medición efectuada el 15 de junio de 2022. Esa jornada hizo unos 8ºC más que las zonas más frescas de la capital, ubicadas en la zona norte de la Casa de Campo o en El Retiro. Durante ese día, de bastante calor, la estación de medición de El Retiro alcanzó los 37,9 ºC, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El mapa resultante de la medición de Arup fue este:


Varios elementos se unen en la plaza del Rastrillo para que se haya convertido en la sartén de Madrid. En primer lugar su altitud, en uno de los puntos más elevados de la zona centro, a 673 metros sobre el nivel del mar (las zonas más bajas de Lavapiés están a 620, por ejemplo). Por otro lado está su falta de zonas verdes, con solo un 3% de vegetación según el trabajo y un 90% de espacios impermeables, que retienen el calor.

La publicación de los datos señala que en 2022 España sufrió temperaturas récord, con unas 11.000 muertes atribuidas al calor. Este 2023 se están superando algunas de estas cifras. “En el área de estudio, Madrid cuenta con 313.000 personas mayores de 65 años y más de 178.000 niños (menores de 15 años)”, añade el trabajo.

Un estudio de la UAM arrojaba un mapa similar

El mapa dibujado por la consultora es similar al de un análisis municipal más completo publicado en el año 2016, elaborado por la Universidad Autónoma de Madrid para el área de Medio Ambiente. Se llamó Estudio de detalle del clima urbano de Madrid y estaba centrado en cómo afecta a la ciudad el fenómeno de la isla de calor.

Este recalentamiento de la atmósfera comienza a formarse sobre las diez de la noche y alcanza su máxima intensidad sobre las cinco de la madrugada, según los autores del análisis de hace siete años. Durante ese tiempo, el calor almacenado por el asfalto y los edificios se expulsa al ambiente en forma de radiación de onda larga. Por eso las temperaturas no bajan en el centro tanto como lo hacen en la periferia o junto a las zonas verdes.


El fenómeno afecta al descanso de los madrileños que viven en las zonas rojas del estudio, el eje que va desde Plaza Castilla hasta Legazpi, con una ramificación hacia el Este, que abarca todo el barrio de Salamanca. En estos espacios, todo el que no cuenta con aire acondicionado está durmiendo regular estos días, porque la temperatura apenas baja de 26ºC. Este acaloramiento escapa además a los datos oficiales, que indican que el termómetro desciende a 23,1ºC en la estación de Aemet en Retiro, situada en medio del parque.

Las noches tropicales son cada vez más frecuentes en España y Madrid no es una excepción. El mismo estudio municipal citado prevé que en las próximas décadas la situación empeore notablemente y el número de madrugadas calurosas sea cada vez más frecuente, hasta alcanzar las 80 a finales de siglo. Esta semana tenemos en la capital un buen ejemplo de cómo son estas veladas tropicales.


El estudio propuso varias actuaciones para plantar más verde en las las calles de la ciudad, tanto con árboles como en los suelos desnudos y alcorques, así como renaturalizar espacios vacíos o usar materiales reflectantes en cubiertas. Recomendó para ello utilizar especies que requirieran poco agua y de porte arbustivo. El consistorio apostó por colocar varias cubiertas verdes en edificios públicos durante la legislatura de Manuela Carmena, dentro del plan Madrid + Natural, pero la mayoría de sugerencias contenidas en el trabajo de la Autónoma no se extendieron por la ciudad de manera general. Y apenas tuvo eco entonces en los medios de comunicación.



Fuente: elDiario.es – Somos Malasaña

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