La llegada del último supermercado de Malasaña fue el acontencimiento de la semana en el barrio. El pasado jueves, el Mercadona de Fuencarral abría sus puertas y muchas personas acudían a ver en qué se había transformado el antiguo Pasaje de la Mutualidad. Las señoras mayores del barrio miraban con curiosidad las instalaciones, los chavales de los institutos cercanos iban directos a la sección de bollería y, fuera, los comercios hablaban con sus clientes sobre cómo les afectaría el desembarco de este gigante de la alimentación.
El de Malasaña es el número 196 de los Mercadonas de la Comunidad de Madrid. Según una nota de prensa distribuida por la compañía, tiene 68 trabajadores y en su construcción la empresa ha invertido 4,5 millones de euros. Dispone de una superficie comercial abierta al público de 1.280 metros cuadrados (aunque el local cuenta con 2.452 m2 en total) distribuida en dos pisos. Sus pasillos son bastante estrechos, debido a la peculiaridad del espacio que ocupa, algo que provocó ciertas aglomeraciones en el día de apertura.
El único recuerdo al Pasaje de la Mutualidad es la bóveda de pavés que ha quedado en su remodelación, después de largos meses de obras en la que trabajaron 198 personas, añade la compañía. El edificio, que data de los años 50, también ha conservado sus fachadas -estaban protegidas- durante su transformación en pisos de lujo, antes de la apertura del supermercado.
Por compararlo con su competidor más cercano, el Mercadona de Fuencarral es algo más pequeño que el Lidl abierto hace unos meses más arriba de la calle (1.660 metros cuadrados de superficie y 46 empleados, con una inversión de 3,5 millones en su construcción).
Se desconoce cuál es el coste del alquiler que soporta la cadena de alimentación. Solo se sabe que ahora lo abona a un casero diferente de con el que firmó su llegada a Malasaña. La sociedad de GreenOak y ASG, que compró en subasta el edificio en el año 2015 por 21 millones, lo vendió hace dos meses al fondo de inversión mexicano Elcano IM. El Confidencial publicó que la operación se cerró en unos 30 millones de euros.
Mercadona también ha informado de la continuidad de su colaboración con la ONG Mensajeros de la Paz, cuya sede principal está en la parroquia de San Antón, en la calle Hortaleza. La marca explica que donará diariamente a esta organización productos de primera necesidad.
Fuente: elDiario.es – Somos Malasaña