Pamplona está on fire, todo el año

A medida que el tren se va acercando a Pamplona, sientes que estás llegando a uno de esos lugares en los que te podrías quedar a vivir. Una ciudad pequeña y con encanto para recorrer a pie de cabo a rabo, gente más buena que el pan y un bar de pintxos en cada esquina. ¿Qué más se puede pedir? 

Pamplona es una ciudad llena de historia y tradición, y opciones para disfrutar de buena comida y bebida, además de punto de partida para descubrir las maravillas de toda Navarra. Así que si aún es una asignatura pendiente en tu lista de destinos, ya estás tardando.

Plaza del Castillo
Plaza del Castillo

Siempre es buen momento para ir a Pamplona, así que no hace falta que esperes al siete de julio para visitar esta pequeña capital del Reino de Navarra, porque Pamplona es mucho más que los Sanfermines. Pamplona, como buena ciudad universitaria, está viva todo el año, y siempre es buen momento para disfrutarla, con amigos, en familia o también para una romántica escapada en pareja. 

Si vas con tiempo, vale la pena aprovechar para acercarse a Artajona, el pueblo medieval por excelencia, que en su tiempo fue la joya medieval del Reino Viejo, o a Olite, donde se encuentra el Palacio Real de los Reyes de Navarra, un impresionante castillo del siglo XV donde puedes ver los preciosos jardines y las habitaciones de los reyes. Lo más parecido a viajar a la Edad Media, con una gran oferta de visitas teatralizadas y actividades para disfrutar en familia. Cerca de Pamplona también están Javier y su castillo del siglo X, uno de mis favoritos en la Ruta de los Castillos de Navarra, que conserva la historia, la imponente construcción medieval y unos archivos perfectamente conservados que te trasladan a tiempos remotos.

Castillo de Olite
Castillo de Olite

Pero volvamos a Pamplona, donde siempre hay algo que celebrar. Este año precisamente se celebran los 600 años del Privilegio de la Unión, con diferentes actividades históricas que tendrán como eje el arte, el patrimonio y la cultura. Un tratado de vital importancia, ya que supuso la creación como institución del ayuntamiento. Si estás en Pamplona es de rigor visitar su ayuntamiento, la catedral, la iglesia de San Lorenzo, el caballo Blanco o la plaza del Castillo. Y perderte por espectacular Ciudadela, donde puedes ver peregrinos en cualquier época del año, a su paso hacia Santiago. Y es que Navarra es puerta del Camino de Santiago Francés; que recorre gran parte de sus tesoros artísticos y su diversidad natural y cultural, en esta ruta que promovió el rey navarro Sancho III el Mayor en el siglo XI.

Ciudadela
Ciudadela

Y para los que quieren un lugar más tranquilo que el de los peregrinos, nada como el parque fluvial, con sus más de 50 km de recorrido. O los Jardines de la Taconera, el parque más antiguo, hermoso y emblemático de Pamplona: 90.000 metros cuadrados de naturaleza y senderos marcados por un estilo romántico y versallesco en los que puedes contemplar ciervos, patos, faisanes, cisnes o pavos reales en estado de semilibertad. El parque fluvial es un lugar ideal para pasear y disfrutar en tu propia bicicleta o en las eurovelos, (el proyecto para poder circular en bici por toda Europa), así como la vía verde Plazaola, perfecta para todos los aficionados al ciclismo.

En general, lo mejor de Pamplona es dejarse llevar por la belleza de sus edificios históricos y la vida de sus calles y plazas, para descubrir el verdadero espíritu navarro, con sus curiosidades y leyendas, que explican esa personalidad única de los que se han criado aquí.

Ayuntamiento de Pamplona
Ayuntamiento de Pamplona

Y precisamente los que se han criado aquí saben que un día después del chupinazo, el 7 de Julio llueva, nieve o haga sol, llega San Fermín y la adrenalina de los encierros de cada mañana. Aunque cada vez son más los que piensan que para disfrutar de verdad, es mejor ir pasados tres días. El encierro consiste en guiar a los toros hasta la plaza, y se acaba convirtiendo en una emocionante carrera por las calles del casco antiguo en la que cientos de personas corren delante de seis toros y seis cabestros. Si no has entrenado y no sabes cómo va la cosa, ni se te ocurra lanzarte a la brava, que a los toros hay que esquivarlos y para eso están los mozos, que saben como hacerlo. Resacosos y patosos, abstenerse.

Lo importante es vestirse de blanco y rojo y disfrutar de la fiesta. Y es que en Pamplona hay fiesta para todos los públicos, desde los más foodies que no se pierden una a las familias, los jóvenes, los mayores… que pueden disfrutar de actividades de todo tipo, y no solo de noche. En Pamplona tienes una gran oferta de actividades deportivas, paseos en piragua por el río, pump track y algo tan auténtico como el frontón, donde puedes aprender a jugar a pelota vasca.

Sanfermines

Hay que decir que, a pesar del bullicio y las grandes emociones que despiertan los Sanfermines, se respira un ambiente de seguridad y buen rollo total. Es sin duda la fiesta más esperada del año, y una vez allí, te sientes uno más entre los Navarros y quieres ser hijo adoptivo de Pamplona para siempre.  De hecho, los lugares turísticos por excelencia están cerrados, para que disfrutes de las calles y de la gente. 

Por las noches se lanzan fuegos artificiales que iluminan el cielo ofreciendo un espectáculo de colores y formas que pueden ser vistos desde prácticamente toda la ciudad. El parque de la vuelta del Castillo es uno de los lugares más mágicos para presenciar este momento.

Después del encierro de la Villavesa el 15 de julio, Pamplona recupera la tranquilidad y armonía que tanto la caracteriza. Los lugares turísticos vuelven a abrir, los jardines se tiñen de verde dejando atrás el rojo y blanco que ha estado gobernando las calles, y la ciudad ofrece visitas guiadas, excursiones y actividades para todas las edades. ¿Ves por qué valía la pena quedarte unos días más?

Y si decides pasar el verano aquí, no te puedes perder el Festival de las murallas, un evento cultural que ya es tradición en el mes de agosto, que incluye espectáculos de circo, danza y música en la Ciudadela y otros espacios amurallados. Vale la pena planificar el viaje para coincidir con alguna de las fechas señaladas, porque es una auténtica maravilla. Las murallas y la Ciudadela de Pamplona son Monumento Nacional y constituyen uno de los complejos militares renacentistas más interesantes y mejor conservados de Europa. Sin duda, sus más de 5 kilómetros de recorrido son uno de los recursos turísticos más importantes de la ciudad.

Festival de las Murallas
Festival de las Murallas

Y tras la riqueza artística, histórica y cultural, de las mejores cosas que tiene Pamplona es la gastronomía local. Y es que la huerta Navarra es conocida por sus productos hortícolas de primerísima calidad, que puedes degustar tanto en pintxos como en platos tradicionales. Pamplona cuenta con más de 15 eventos gastronómicos a lo largo del año, además del juevintxo, que se celebra todos los jueves del año en más de 30 bares, donde por 2€ tienes un pincho acompañado con un vino de calidad: lo que viene siendo un chollo.

La idea, sea el día que sea, es que puedes elegir entre cualquiera de los muchos bares de pintxos que hay en Pamplona, porque está todo buenísimo. Aprovecha para probar las especialidades típicas, como la chistorra, el ajoarriero o el relleno. Y descubre, si aún no lo has hecho, los vinos navarros y los famosos postres caseros, que son gloria bendita. 

Otra cosa que igual no sabes es que en Pamplona nació el maestro “Sabicas”, Agustín Castellón Campos, un referente del flamenco. Y por ello, desde el año 2014 se celebra un festival en su nombre, uno de los más importantes del norte de España: el “Festival Flamenco On fire”. En 2023 celebra 10 años y aquí se reúnen artistas de renombre internacional y figuras emergentes de Navarra que demuestran que el norte está on fire.  

Flamenco on fire
Flamenco on fire

Y hasta aquí una nueva escapada a mi querida Pamplona. Si aún no la conoces, ya estás tardando. ¡Viva Pamplona! 


Fuente: Houdinis

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