un Madrid en azul, verde y granito

Patones, Rascafría, Torrelaguna, La Hiruela o el imponente Manzanares el Real, al que hoy nos acercamos, forman parte de los pueblos de la Sierra de Madrid que bien merecen una escapada ahora que el verano llega a su fin y los madrileños, nostálgicos de vacaciones y de nuestra tierra, redescubrimos lo que tenemos más cerca.

Acercarse a Manzanares el Real se convierte en un plan perfecto para descubrir en los primeros compases del otoño cuando el tiempo nos da tregua, llenando con su patrimonio histórico, arquitectónico y natural nuestros sábados y domingos. Aunque, como consejos, lo mejor es acercarse entre semana para disfrutar de este pueblo que está presente en algunas de las páginas de historia más espléndidas de Madrid.

No vamos a sacar el libro de texto, pero sí recomendaros que hagáis una escapada que dejará que vuestro feed de Instagram se llene, en cuestión de unas pocas horas, del encanto de uno de los pueblos de la Sierra madrileña que más opciones nos dan en menos espacio.

Un Madrid en azul, verde y granito: ruta por Manzanares El Real

Dominado por el impresionante Castillo de los Mendoza, el mejor conservado de la Comunidad de Madrid, el casco histórico de Manzanares es nuestro punto de partido para sorprendernos con un patrimonio arquitectónico que, a veces, no recordamos que está tan cerca de casa.

En origen una antigua emita, el castillo creció hasta ser el símbolo de poder la Casa de Mendoza, donde aún hoy nos sorprende su patio porticado y las diversas galerías que se elevan sobre el castillo. Para fans de la historia, el paso por aquí es imprescindible si nos gustan los museos medievales y los tapices.

Cerca, la no menos monumental Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, el otro gran imán arquitectónico del pueblo, restaurada en el siglo XVI, aunque su construcción es anterior, que encontraremos cobijada por un pequeño parque y escoltada en la cercanía por el castillo, alzado a apenas 200 metros de la parroquia.

Descubierto parte del pasado histórico, es hora de descubrir el Manzanares azul, gris y verde, por tramos, como la curiosa ruta a pie que se puede hacer por el embalse de Santillana y acercarnos a su mirador, desde el cual nos podemos hacer unas cuantas fotos con el horizonte que el agua marca y, si es temporada de baño, acercarnos a alguna de sus playas artificiales para darnos un chapuzón.

Ya refrescados, o no, Manzanares El Real tiene otro gran baluarte para considerarlo uno entre los más bonitos de los pueblos de la Sierra. Si de serranía hablamos y Manzanares mencionamos, La Pedriza es la respuesta, un pulmón verde y granítico a los pies del río Guadarrama donde el senderismo, la escalada o simplemente un tranquilo picnic veraniego serán los planes más apetecibles para reencontrarnos con nuestra madrileñidad y ver que no todo es asfalto y cemento en la Comunidad de Madrid.

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Fuente: Madrid Diferente

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